A nivel nacional los nariñenses son reconocidos por la habilidad innata que tiene para la producción artística artesanal, que proviene de los Incas, población indígena que habitó esta tierra en la antigüedad.
Eran hábiles trabajando metales, tejido, talla en piedra, en cerámica y madera, prácticas que hoy todavía se conservan en la región. Una de las artesanías de mayor connotación es quizá el mopa-mopa o barniz de Pasto; resina que se extrae de un árbol del mismo nombre, conocido también como el árbol de cera, cuyos orígenes se remontan a la época precolombina.
Durante el siglo XX, productos decorativos como imágenes de ñapangas y vírgenes, adornaron palacios y grandes mansiones europeas y de otros continentes. Actualmente se elaboran elementos para oficina como pisapapeles, porta-lápices y objetos de uso doméstico.
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